lunes, 27 de octubre de 2014

GASTRONOMIA


La tradición culinaria de Puebla tiene su origen en la mezcla de las culturas nativas indígenas y la de los conquistadores españoles. Por supuesto, no se pueden dejar de lado los elementos que más tarde aportaron la migración francesa del siglo XIX y los refugiados libaneses, que arribaron a principios del siglo XX.

El platillo local más famoso es, sin duda, el mole poblano. Se origina en antiguas recetas indígenas, las cuales fueron revolucionadas por las monjas de los conventos novohispanos al añadir ingredientes europeos. De esta forma se combinan chocolate, chiles, tortillas, almendras, ajonjolí, nueces, clavo y cebolla (algunas recetas incluyen más de 30 ingredientes) para preparar esta salsa de fama mundial y orgullosamente poblana que se puede degustar durante cualquier época del año.

A diferencia del mole, los chiles en nogada sólo se preparan en verano por la estacionalidad de las nueces y la granada. Esa limitante los vuelve muy codiciados. En cuanto a postres se refiere, Puebla cuenta con una gran riqueza: tortitas de Santa Clara,



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